Med. María Cristina Oropel
Directora Área ORL FCM
UNCuyo
Es motivo de consultas frecuentes en atención médica primaria y debe ser derivado a tiempo a otorrinolaringología, debido a los síntomas, signos y las consecuencias que produce esta entidad.
Estos son los síntomas más frecuentes de hipertrofia adenoamigdalina. La adenoides y las amígdalas, junto a otros tejidos linfáticos en la región faríngea forman parte del anillo linfático de Waldeyer. Son muy importantes en los primeros años de vida, ya que constituyen una barrera defensiva, producen inmunoglobulinas y hacen que el pasaje de aire esté con la temperatura, humedad, y depuración adecuadas, pero, en ocasiones aumentan su tamaño y no cumplen esa función, por lo que provocan una serie de síntomas y signos caracteristicos.
Cuando la adenoides es la que aumenta su tamaño, obstruye el pasaje de aire hacia los pulmones, y puede afectar su garganta, bronquios, senos paranasales, oídos, produciendo, en ocasiones, procesos inflamatorios reiterados en estos órganos
También al no usar su nariz para respirar, la misma no cumple con su función olfatoria, por lo que no siente el aroma de las comidas, lo que no las hace atractiva, por lo que no tiene la atracción natural hacia los alimentos.
Tampoco permite la ventilación del oído medio produciendo una entidad denominada otitis media crónica con efusión.
Al comer, ubica mal la lengua y empuja los insicivos superiores hacia adelante, debido a la plasticidad que tiene esta zona, el diámetro lateral se reduce y el paladar se eleva, creando problemas en la mordida.
No se ven a simple vista las adenoides, para ello debemos solicitar una radiografía que se indica como “perfil de cavum”, nos muestra el tamaño de las mismas y su compromiso ventilatorio, y, en algunos casos, dependiendo de la actitud del niño podemos solicitar un estudio denominado rinofibroscopia, lo que inmediatamente nos confirma el diagnóstico
Las amígdalas palatinas, se encuentran en su garganta, son dos y pueden aumentar tanto de tamaño que son las responsables de las apneas del sueño, se produce esto en el 10 % de los niños, ya que al dormir obstruyen el pasaje de aire y provocan pausas respiratorias que pueden afectar tanto y podrían producir un aumento del esfuerzo cardiopulmonar, presentan microdespertares, lo que no otorga un sueño reparador al niño y eso hace que ante su somnolencia permanente, presente irritabilidad, desasosiego, por lo que muchos refieren que tiene “trastornos de conducta”, y, lo que en realidad presenta es sueño. Debemos agregar que, al dormir, la fase REM del sueño, que es cuando soñamos, se libera la hormona de crecimiento, ésta se reduce y provoca un retraso en su crecimiento.
Cada vez son menos los niños que presenta infecciones reiteradas por el advenimiento de los antibióticos, pero se ha comprobado que el tamaño ha aumentado en el tiempo lo que podría ser provocado por la contaminación ambiental.
Lo que se inició como un simple problema de ventilación, al no ser derivado a tiempo, se agrega trastornos de crecimiento, de conducta, de rendimiento escolar, audición, malos hábitos respiratorios, hábitos alimenticios, trastornos en su mordida, por último, podría afectar la función cardiopulmonar.
Cuando se deriva al otorrinolaringólogo, se debe evaluar en forma integral, clínica, inmunología, diagnóstico por imágenes, audiología. Teniendo como objetivo primario solucionar la causa que puede ser su hipertrofia adenoidea y/o amigdalina, probablemente si es muy marcada, con tratamiento quirúrgico, si presenta además otitis media con efusión, también puede ser tratada en el mismo acto quirúrgico. Luego, su impronta odontológica afectada, la debe evaluar el ortodoncista, y los hábitos respiratorios y deglutorios alterados, deben ser tratados por fonoaudiólogas, todo esto se debe realizar a tiempo, en forma integral, para que no haya consecuencias definitivas.